Una niña de 8 años se despierta algún
domingo de 2221, está emocionada
porque ayer encontró una pequeña caja
que según su asistente digital
perteneció a su tastatatarabuela.
El asistente le dice que esa era una de las formas
en las que antiguamente se almacenaba información.
Aunque la conexión
es primitiva el asistente puede leer el contenido y mostrarlo; lo más
importante es que
la niña podrá conocer algo de sus ancestros y
conservarlo "para siempre".
Una de las cosas que encuentra es una colección
de enlaces o direcciones
de lo que en el pasado se conoció como Internet,
y que es el precursor del universo virtual
que rige el mundo actual. Uno de los
enlaces dice
"Nunca esperé ser buena en un videojuego - YouTube".
Comparada con la transmisión de información por medio de la sola
escritura, la comunicación a través de un video plano y con nula
"meta información"
resulta un salto muy grande, pero no deja de
sorprender a la pequeña la forma en que las personas de la antigua
era digital conseguían comunicarse y divertirse.
¿Somos conscientes de la infraestructura necesaria para almacenar
la información digital que se genera diariamente? ¿La sociedad
tecnológica actual está generando las condiciones para que
cada video que hemos subido hasta la fecha siga en línea "por
los siglos de los siglos"? O por el contrario, la información que
hoy está en línea, ¿desaparecerá sigilosamente con el recambio de
las generaciones?
No sabemos con seguridad cómo será el futuro, pero lo cierto es que necesitará una infraestructura.
Fuente de la imagen: PIXABAY.
El fenómeno de escasez mundial de semiconductores evidencia
la vulnerabilidad de la economía digital que opera en la sociedad
contemporánea. La recuperación en la demanda, particularmente
de automóviles,
a partir del tercer trimestre de 2020, sumada a una
demanda de productos electrónicos que se mantuvo fuerte a lo
largo de toda la pandemia de Covid-19, [1] representan dos de los
elementos importantes para explicar la insuficiencia observada en la oferta de
chips. La compañía norteamericana
Qualcomm, reportaba ya desde
Marzo de 2021,
dificultades para cubrir la demanda de sus procesadores, usados
principalmente en la fabricación de smartphones. [2]
Son muy pocas las empresas que pueden producir semiconductores de
alta tecnología. Entre ellas encontramos además de Qualcomm, a
TSMC y Samsung. [1]
Por otro lado, la empresa holandesa ASML se coloca
como la única en el mundo con
capacidad para producir máquinas
de litografía ultravioleta extrema (EUV), por lo que Estados Unidos ha
presionado al gobierno Holandés para que ASML limite la venta de
estas máquinas a China. [3]
Estados Unidos domina en el desarrollo de diseños de componentes,
mientras que Taiwán y
Corea del Sur - dos de sus aliados en Asia-,
dominan en el ámbito
de la fabricación de chips. [1] Adicionalmente,
Taiwán y Corea del Sur
cubren el 83% de la producción mundial de chips de procesamiento,
y el 70% de la producción de chips de memoria. [1] En conjunto, todo
esto deja a China en aparente desventaja, sin embargo,
Estados Unidos por su parte,
importa de China el 80% de las tierras raras
usadas en la producción de semiconductores. [4]
Los primeros efectos de la escasez de microchips se han hecho patentes
en incrementos muy notorios en los precios de ciertos componentes,
como el microcontrolador de STMicroelectronics, que originalmente
costaba 2 dólares y que ha subido su precio hasta 14. [5] Existe por lo tanto,
un riesgo latente tanto de recesión mundial como de inflación en
las economías. La salida para algunos analistas consiste en ampliar la
capacidad de producción a otros países además de Estados Unidos y
sus principales aliados estratégicos. Se espera también que China acelere sus
intentos por independizar su producción de semiconductores.
México despierta cierto interés
entre la comunidad de inversionistas, dada la
cercanía con Estados Unidos y el
hecho de que ambos países han iniciado
conversaciones sobre la
producción conjunta de semiconductores. [6] Sin
embargo, y desafortunadamente para la economía mexicana, uno de los
efectos más inmediatos de la escasez de semiconductores ha sido la caída
de hasta un 25% en la producción de automóviles por parte de las
plantas ubicadas en el territorio mexicano durante el
mes de Octubre. [7]