Reforma Energética: Una Refinería para la Segunda Revolución Industrial
y una Transición para la Tercera.

Puebla, Pue.   Sábado 16 de Octubre de 2021.

¿Por qué es necesaria una refinería a las puertas de una revolución tecnológica que reducirá drásticamente el uso de los combustibles fósiles como fuente principal de energía? ¿Por qué gastar casi 9 mil millones de dólares en la construcción de una refinería [1] cuando las reservas probadas de petróleo en México durarán menos de 10 años? [2] En este caso, como en muchos otros, la discusión se divide entre acérrimos detractores y fervientes partidarios del proyecto. Estados Unidos, una economía 20 veces más grande que la de México, [3] contaba con 129 refinerías operativas hacia Enero de 2021, [4] mientras que Canadá, su otro socio comercial en el T-MEC y cuya economía representa casi el doble que la de México, [3] cuenta con 17 refinerías. [5]

No se puede descartar, que dado el tamaño de la economía mexicana, y sus necesidades de consumo de gasolina, el número de refinerías existentes en México sea insuficiente para aprovechar de manera óptima las economías de escala en el ámbito de la refinación, considerando además, que las 6 refinerías existentes en este momento, han operado a lo largo de muchos años a un mínimo de su capacidad, [6] y que lograr un aumento sostenido de dicha capacidad de refinación, implica el cumplimiento de un proceso de rehabilitación que aún está en marcha. [7]

Tampoco se puede descartar, que las reservas probadas de petróleo puedan aumentar en el futuro, en función de los logros que se puedan alcanzar con los trabajos de exploración, haciendo viable el funcionamiento de una refinería de última generación que tenga la capacidad de captación del petróleo existente. Adicionalmente, se estima que la economía mexicana seguirá demandando gasolina por lo próximos 20 años. [8] El presidente López Obrador plantea que con la refinería de Dos Bocas se podrá satisfacer la demanda interna de gasolinas antes de 2024. [9]

Los inicios de lo que se conoce como la Segunda Revolución Industrial pueden ubicarse a finales del siglo XIX, [10] y las consecuencias de ese proceso de transformación tecnológica y productiva se extendieron hasta el siglo XX, resaltando dos conceptos básicos pero muy importantes, primero, la aparición y consolidación de la producción en serie y en masa del automóvil familiar, [11 ] y en segundo lugar, la estandarización del proceso de refinación del combustible que lo hizo moverse. [12]

Jeremy Rifkin, por su parte, elabora un análisis alrededor de lo que identifica como la Tercera Revolución Industrial. [13] Su tesis general consiste en que cada revolución industrial, está caracterizada por la convergencia de tres elementos: un sistema de comunicación, un sistema de transporte y una fuente de energía. En este sentido, Rifkin argumenta que aunque los elementos de la Tercera Revolución Industrial ya son visibles e identificables en este momento, la propia revolución no está en marcha aún, porque dichos elementos no se encuentran todavía en su punto de convergencia. Podemos ver autos eléctricos circulando por las calles de muchas ciudades alrededor del mundo, en casi todos los países se puede tener acceso a un internet de velocidad moderada a alta, y las fuentes de energía limpia empiezan a proliferar. Pero no se puede decir que la Tercera Revolución Industrial está en marcha, porque esos tres elementos no funcionan de manera independiente a la cultura de transporte y a la fuente de energía de la Segunda Revolución Industrial.

Un aspecto importante de la reforma que propone esta administración federal, consiste precisamente en colocar en el plano constitucional el cocepto de transición energética, que se entiende como el proceso mediante el cuál la Nación podrá avanzar en su desarrollo haciendo uso de fuentes de energía limpias. [14] Para cumplir con este objetivo, la propuesta de reforma establece que es el Estado Mexicano el responsable de la conducción de este proceso y en consecuencia el litio toma el carácter de mineral estratégico . Aunque es probable que la disyuntiva entre nacionalizar o no un recurso como el litio, también resulte ser un tema de acaloradas discusiones, Jeremy Rifkin sugiere que en este caso no se trata de una disyuntiva válida . Exiten proyectos para desencadenar la Tercera Revolución Industrial tanto en Europa - Digital Europe - como en China - China Internet Plus-, [15] y dichos proyectos sólo son viables si se mantiene una actitud hacia la apertura y la cooperación dado que el Internet de las Cosas es algo que por construcción no puede ser controlado de manera central; los jugadores pierden cuando intentan controlar.

De aprobarse esta propuesta de ley, México deberá poner en marcha todas las acciones necesarias para la elaboración y aprobación de las leyes secundarias y reglamentos que hagan posible aterrizar el concepto de transición energética en pasos identificables y concretos, que favorezcan los entornos favorables para el surgimiento de proyectos encaminados a la incorporación de la economía mexicana a la revolución tecnológica y productiva que dominará en las próximas décadas.