¿Por qué es necesaria una refinería
a las puertas de una revolución tecnológica
que reducirá drásticamente el uso de los combustibles fósiles como fuente
principal de energía? ¿Por qué gastar casi 9 mil millones de dólares
en la construcción
de una refinería [1] cuando las reservas probadas de petróleo en México
durarán menos de 10 años? [2] En este caso, como en muchos otros,
la discusión se divide entre acérrimos detractores y fervientes partidarios del
proyecto.
Estados Unidos, una economía 20 veces más grande que la de
México, [3] contaba con 129 refinerías operativas hacia Enero de
2021, [4] mientras que Canadá,
su otro socio comercial en el T-MEC y cuya
economía representa casi el doble que la de México, [3] cuenta
con 17 refinerías. [5]
No se puede descartar, que dado
el tamaño de la economía mexicana,
y sus necesidades de consumo de gasolina,
el número de refinerías
existentes en México sea insuficiente para aprovechar de manera
óptima las
economías de escala en el ámbito de la refinación, considerando
además, que las 6 refinerías existentes en este momento, han operado
a lo largo de muchos años a un mínimo de su capacidad, [6] y que
lograr un aumento sostenido de dicha capacidad de refinación, implica
el cumplimiento de
un proceso de rehabilitación que aún está en marcha. [7]
Tampoco se puede descartar, que
las reservas probadas de petróleo puedan
aumentar en el futuro,
en función de los logros que se puedan alcanzar con
los trabajos de exploración, haciendo viable el funcionamiento de una
refinería de última generación que
tenga la capacidad de captación del petróleo existente.
Adicionalmente, se estima que la economía mexicana
seguirá demandando gasolina por lo próximos 20 años. [8] El presidente
López Obrador plantea que con
la refinería de Dos Bocas se podrá satisfacer
la demanda interna de gasolinas antes de 2024. [9]
Los inicios de lo que se conoce como la Segunda Revolución
Industrial pueden ubicarse a finales del
siglo XIX, [10] y las consecuencias de ese proceso de transformación tecnológica y
productiva se extendieron hasta el siglo XX, resaltando dos conceptos
básicos pero muy importantes, primero, la aparición y consolidación de la producción
en serie y en masa del automóvil familiar, [11 ] y en segundo lugar, la
estandarización del proceso de refinación del combustible que lo hizo
moverse. [12]
Jeremy Rifkin, por su parte,
elabora un análisis alrededor de lo que identifica
como la Tercera Revolución Industrial. [13]
Su tesis general consiste en que cada
revolución industrial, está caracterizada por la convergencia de tres elementos:
un sistema de comunicación, un
sistema de transporte y una fuente de
energía. En este sentido, Rifkin
argumenta que aunque los elementos de la
Tercera Revolución Industrial
ya son visibles e identificables en este momento,
la propia revolución no está en marcha aún, porque dichos elementos no se
encuentran todavía en su punto de convergencia.
Podemos ver autos eléctricos
circulando por las calles de muchas ciudades alrededor del mundo, en casi todos
los países se puede tener acceso a un internet de velocidad moderada
a alta, y las fuentes de energía limpia
empiezan a proliferar. Pero no se
puede decir que la Tercera Revolución Industrial está en marcha, porque
esos tres elementos no funcionan de manera independiente a la cultura
de transporte y a la fuente de energía de la
Segunda Revolución Industrial.
Un aspecto importante de la reforma
que propone esta administración
federal, consiste precisamente en
colocar en el plano constitucional
el cocepto de transición energética,
que se entiende como el proceso
mediante el cuál la Nación podrá avanzar en su desarrollo
haciendo uso de fuentes de energía limpias. [14] Para cumplir
con este objetivo, la propuesta de reforma establece que es el
Estado Mexicano el responsable de la conducción de este proceso y
en consecuencia
el litio toma el carácter de mineral estratégico .
Aunque es probable que la disyuntiva entre nacionalizar o
no un recurso como el litio, también
resulte ser un tema de acaloradas discusiones,
Jeremy Rifkin sugiere que
en este caso no se trata de una disyuntiva válida .
Exiten proyectos para
desencadenar la Tercera Revolución Industrial tanto en
Europa
- Digital Europe -
como en China
- China Internet Plus-, [15] y dichos
proyectos sólo son viables si se mantiene una actitud hacia la
apertura y la cooperación dado que el Internet de las Cosas es algo
que por construcción no puede ser controlado de manera central; los
jugadores pierden cuando intentan controlar.
De aprobarse esta propuesta de ley, México deberá poner
en marcha todas las acciones necesarias para la elaboración y
aprobación de las leyes secundarias y reglamentos que
hagan posible aterrizar el concepto de transición energética
en pasos identificables y concretos, que favorezcan los entornos
favorables para el surgimiento de
proyectos encaminados a la incorporación de la
economía mexicana a la revolución tecnológica y productiva
que dominará en las próximas décadas.