Ya desde el inicio de la crisis económica generada por la pandemia de la Covid-19, el Secretario General de la ONU,
António Guterres, alertó sobre la amenaza de una profunda recesión global y llamó a las naciones a centrar su atención
en una serie de aspectos críticos. En una conferencia virtual con medios [1] inició resaltando la importancia
de las acciones coordinadas a nivel multilateral:
António Guterres: [1]
Nos enfrentamos a una crisis sanitaria mundial
diferente a cualquiera en 75 años de historia de las Naciones Unidas.
Una que está esparciendo el sufrimiento humano,
infectando la economía global.
Una recesión global, quizás de
dimensiones inéditas, es casi una certeza.
La Organización Internacional del Trabajo
acaba de informar que los trabajadores
alrededor del mundo podrían perder
hasta 3,4 billones de dólares estadounidenses
en ingresos, a finales de este año.
Esto es sobre todo, una crisis humana
que exige solidaridad.
La familia humana está estresada,
y el tejido social se está rompiendo.
La gente sufre, está enferma
y asustada.
Y las actuales respuestas a nivel nacional
no podrán abordar la escala global
y la complejidad de la crisis.
Este es un momento que exige
una política de acción coordinada,
decisiva e innovadora de parte de
las economías líderes en el mundo.
Debemos reconocer que los más
pobres y vulnerables, especialmente
mujeres, serán los más golpeados.
Mi mensaje principal es claro,
nos encontramos en una situación
sin precedente, y las reglas normales
ya no son aplicables.
No podemos contar con las herramientas
usuales en tiempos tan inusuales.
La creatividad de las respuestas debe
estar acorde a la naturaleza única de la crisis.
Nuestro mundo enfrenta un enemigo común,
estamos en guerra con el virus.
La Covid-19 está matando gente tanto como
atacando la economía real directo en su corazón:
el comercio, las cadenas de suministro, los negocios y el empleo.
Países y ciudades enteras están en confinamiento,
las fronteras están cerrando, las empresas hacen un esfuerzo para
no quebrar, y las familias simplemente luchan
por mantenerse a flote.
Pero en el proceso de manejar la crisis,
también tenemos una oportunidad única,
la de hacer lo que es correcto.
Podemos conducir la recuperación hacia una
ruta más sostenible e inclusiva.
Pero políticas poco coordinadas, corren el riesgo de
afectar los índices de Gini, e incluso empeorar
las ya de por sí insostenibles desigualdades existentes, revirtiendo
con esto, nuestros avances en desarrollo y reducción
de la pobreza.
Llamo a los líderes mundiales a unirse y ofrecer
una urgente y coordinada respuesta a esta
crisis global.
También expresó la importancia de seguir las indicaciones de la OMS y de no dejar
solos a los países con menor capacidad de respuesta:
António Guterres: [1]
Veo tres áreas críticas de acción.
La primera, abordar la emergencia de salud.
Muchos países han excedido su capacidad
de atención, incluso en los casos más
leves, y muchos no están en posibilidad de
responder a las enormes necesidades de la
gente mayor.
Incluso en los países más ricos, vemos cómo los
sistemas de salud se collapsan bajo la presión.
El gasto en salud debe incrementarse de modo que
se pueda hacer frente a las urgentes necesidades y el
aumento de la demanda.
Expandir las instalaciones, apoyar al personal de salud,
y asegurar los suministros adecuados, con pleno respeto
a los derechos humanos y sin estigmatización.
Se ha demostrado que el virus puede ser contenido, y
debe ser contenido.
Si dejamos que el virus se extienda como incendio sin control,
especialmente en las regiones más vulnerables del mundo,
millones de personas morirán.
También necesitamos pasar inmediatamente de una situación en
la que cada país toma sus propias medidas sanitarias, a una que asegura
en completa transparecia una respuesta coordinada, que incluya el
ayudar a los países menos preparados para enfrentar la crisis.
Los gobiernos deben dar su apoyo más contundente a los
esfuerzos multilaterales liderados por la OMS - cuyos llamados deben atenderse plenamente-, para pelear
contra el virus.
La catastrofe sanitaria pone en claro que
solo somos tan fuertes como el sistema de salud más débil.
Manifestó que la crisis de 2008 debe brindar las lecciones suficientes en términos de lo que sí
funciona para apoyar a las personas, y que fundamentalmente se trata de una crisis humana y no
financiera:
António Guterres: [1]
Al igual que la crisis financiera de 2008, inyectar capital en el sector financiero solamente, no es la respuesta.
Esta no es una crisis bancaria, pero por supuesto los bancos deben ser parte de la solución.
Y no es un shock ordinario de oferta y demanda, es un shock para el conjunto de la sociedad.
No olvidemos, esto es esencialmente una crisis humana.
Fundamentalmente, debemos centrarnos en las personas, los trabajadores con salarios bajos, las pequeñas y medianas empresas,
los más vulnerables. Y esto significa apoyo salarial, seguros, protección social, prevención de quiebras y empleos.
Y esto también significa definir las políticas fiscales y monetarias para asegurar que la carga no caiga
en aquellos que menos pueden resistir. La recuperación no debe venir sobre las espaldas de los más pobres
y no podemos crear una legión de nuevos pobres.
Necesitamos poner los recursos directamente en manos de las personas. Varios países están asumiendo
iniciativas de protección social como transferencias de efectivo e ingresos universales.
Necesitamos llevarlo al siguiente nivel, para asegurarnos de que el apoyo llegue a aquellos que dependen totalmente
de la economía informal, y a los países menos capaces de responder.
Las remesas son un salvavidas en el mundo en desarrollo, especialmente ahora.
Los países ya se han comprometido a reducir las tarifas de remesas al 3%, muy por debajo
los niveles medios actuales. La crisis nos obliga a ir más allá, y acercarnos a prácticamente cero.
Además, los 20 líderes mundiales han tomado medidas para proteger a sus propios ciudadanos y
economías, poniéndo atención en el pago de intereses.
Debemos aplicar la misma lógica a los más vulnerables de nuestra aldea global,
y aliviar la carga de su deuda.
En general, necesitamos un compromiso para garantizar instituciones financieras adecuadas
para apoyar a los países en dificultades.
El FMI, el Banco Mundial y otras instituciones financieras internacionales
desempeñan un papel clave.
El sector privado es fundamental para buscar y crear oportunidades de inversión
y trabajo.
Y debemos abstenernos de la tentación de recurrir al proteccionismo.
Este es el momento de desmantelar las barreras comerciales y restablecer las cadenas de suministro.
Mirando desde una perspectiva más amplia, las disrupciones en la sociedad tienen un impacto grande y profundo.
Debemos abordar el efecto de esta crisis en las mujeres.
Las mujeres del mundo llevan una carga desproporcionada en casa
y en la economía en general.
Los niños también están pagando un precio muy alto.
Más de 800 millones de niños no van a la escuela en este momento, muchos de los cuales
dependen de la escuela para tener acceso a su única comida.
Debemos asegurarnos de que todos los niños tengan acceso a la alimentación
y el aprendizaje, superando la brecha digital
y reduciendo el costo de la conectividad.
A medida que la vida de las personas se ve perturbada, aislada y hecha un caos, debemos evitar
que esta pandemia se convierta en una crisis de salud mental, y en esto los jóvenes se encuentran en mayor riesgo.
El mundo necesita seguir adelante con lo básico, como los programas de apoyo a los más vulnerables y
los planes coordinados de respuesta humanitaria y de refugio.
Las necesidades humanitarias no deben ser sacrificadas.
Terminó resaltando lo importante que es seguir apoyando los programas de apoyo a refugiados y continuar con el seguimiento
de las metas planteadas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre Cambio Climático:
António Guterres: [1]
La crisis financiera de 2008 demostró claramente
que los países con sistemas sólidos de protección social
sufren menos y se recuperan más rápidamente de su impacto.
Debemos asegurarnos de que se aprendan las lecciones,
y de que esta crisis brinde un momento compartido
de preparación para emergencias sanitarias
y para la inversión en servicios públicos críticos del siglo XXI,
y la entrega efectiva de bienes públicos globales.
Tenemos un marco de acción,
la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible
y el Acuerdo de París sobre Cambio Climático
Debemos cumplir nuestras promesas
para las personas y el planeta.
Las Naciones Unidas y nuestra red global
de oficinas en los diferentes países apoyará a todos
los gobiernos a garantizar que la
economía y las personas a las que servimos
emerjan más fuertes de esta crisis.
Esa es la lógica
Cumplir los objetivos de desarrollo sostenible.
Más que nunca antes
necesitamos solidaridad, esperanza,
y la voluntad política
para superar esta crisis juntos.
Gracias.