El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el miércoles 7 de Julio,
la creación de Gas Bienestar,
una nueva gasera dedicada a garantizar la venta a precios justos del gas
LP en el país. [1]
La Comisión Federal de Competencia - COFECE- manifestó
su descuerdo frente a este anuncio,
y propuso medidas diferentes, como adecuar la normatividad para que los supermercados y
gasolineras puedan vender gas LP en cilindros, y que el gobierno licite la participación
de un distribuidor que surta a población vulnerable desde almacenes de Diconsa, además de
desarrollar la infraestructura necesaria para favorecer la
sustitución de gas L.P. por gas Natural. [2]
El precio internacional de referencia del gas LP es
el Mont Belvieu, mismo que ha aumentado de
manera acelerada desde principios de 2021. [3]
Por otro lado, a depreciación neta del peso en los últimos dos años ha sido moderada,
y no es claro el efecto
de ésta en el precio que están enfrentando los consumidores mexicanos.
COFECE tiene abiertas 3
investigaciones en el
mercado de gas LP con el fin de determinar si los
participantes se han coludido para aumentar conjuntamente el precio.
Análisis gráfico.
Los distribuidores privados mencionan que el precio internacional del gas LP está subiendo.
Si damos por sentada esta afirmación, y partimos de una situación hipotética de equilibrio
de mercado competitivo, entonces nos encontraríamos en una situación
inicial como la que refleja la Figura 1.
Asumimos que la curva de demanda D1 - curva verde- es
casi vertical, porque dado que son pocas las
compañías que controlan el mercado, los consumidores no tienen opciones de compra y en consecuencia
su cantidad demandada no cambiará drásticamente ante cambios en el precio.
Ya que la subida del precio no es provocada por un desplazamiento positivo ó shock positivo de la
demanda, sino al incremento del precio de referencia internacional, podríamos suponer que los 5
grandes distribuidores, que controlan el total de la curva de oferta de este mercado,
OF1 - curva azul-
no intentarán vender una cantidad mayor - que significaría desplazarse sobre el mapa de reacción
que representa la curva de oferta OF1- sino que
básicamente se mantendrían en la misma cantidad
ofrecida, pero a precios más altos, atendiendo al hecho de que la
curva de oferta es un reflejo
de los costos de los vendedores. [4]
Se trata implícitamente de
un shock negativo de oferta, aunque
como lo hemos mencionado, la cantidad ofrecida sigue siendo la misma. Gráficamente se representa
como un desplazamiento hacia arriba de la curva de oferta,
como lo refleja la Figura 2.
Ante un mercado monopolizado, los consumidores tienen muy pocas opciones, una de las cuáles es
seguir su mapa de reacción - curva de demanda D1- y
desplazarse hasta interceptar el precio 2 - P2-.
La reducción en la cantidad demandada por parte de los consumidores es muy pequeña porque como lo
mencionamos, los consumidores tenderán a reaccionar poco ante cambios en el precio, dada la
necesidad que tienen del producto y la poca cantidad de opciones de compra que tienen. No obstante,
dicha reducción en la cantidad demandada provoca un desequilibrio de mercado, que estrictamente
se identifica como un Exceso de Oferta - E.O.-,
como se muestra en la Figura 3.
La siguiente posibilidad es que este desequilibrio de mercado se resuelva en buena medida por
una reducción moderada del precio, como lo refleja la Figura 4.
Como lo observamos en la figura,
el precio bajaría, aunque no a los niveles originales, y la cantidad demandada aumentaría,
pero tampoco a los niveles originales, lo que significa que en este caso, los consumidores
tuvieron que cambiar en alguna medida sus hábitos de consumo. Ciertamente, la cantidad ofrecida
tendría que bajar también para poder alcanzar
el equilibrio de mercado 2, pero si suponemos que en este punto
los distribuidores se coluden, no podemos descartar que quieran
mantenerse con precios altos.
No es probable que la estructura de la curva de demanda en este mercado cambie en el muy
corto plazo, debido a que esto implica cambios mayores en la cultura de consumo, como lo
son, el uso masivo y generalizado de calentadores solares de agua y el uso de parrillas de
inducción, por ejemplo. En cualquiera de los casos,
estos cambios culturales de consumo, representan una
mejor opción frente a la posibilidad de implantar subsidios que tienden a distorsionar
drásticamente los mercados. No obstante, la propuesta del gobierno no representa por sí
misma la implementación de un subsidio al precio del hidrocarburo.
La eventual entrada
al mercado de una compañía pública de distribución tendría como
objetivo incrementar la
oferta - lo que en términos gráficos se representaría como un desplazamiento a la derecha
de la curva de oferta, o un shock positivo de oferta- y presionar así el precio a la
baja. Los analistas opinan que es mínimo el impacto en el mercado
que puede tener la participación de Gas Bienestar; [3]
no obstante, si la compañía está pensada
para operar principalmente en las zonas más populares, dicho impacto puede ser mayor
en estas zonas. En cualquier caso, de la forma en que se concrete la creación y operación
de esta nueva compañía dependerá que los beneficios sociales sean mayores que los costos,
y que no se convierta en una salida innecesaria de recursos públicos.