Existen diferentes herramientas analíticas utilizadas para la medición de la desigualdad económica, las cuales difieren en sus objetivos, así como su complejidad y sofisticación. Tanto la Curva de Lorenz como el Índice de Gini son herramientas importantes en la discusión del tema debido a su facilidad interpretativa.

La Curva de Lorenz, por su parte, relaciona un "límite referencial" de igualdad ideal o distribución perfectamente equitativa del ingreso corriente, con una distribución observada de dicho ingreso.

Para esto, es necesario determinar el porcentaje del ingreso total que acumula cada uno de los deciles de la población de estudio - si es que dividimos a dicha población en 10 partes iguales-. El criterio para determinar el número de partes en que vamos a dividir a la población no es único, pero lo usual es dividir a la población en 5 partes iguales - quintiles- o 10 partes iguales - deciles-.

La Figura 1 muestra la división de las familias de una economía en diez partes iguales. Es necesario ordenar a las familias de menor a mayor ingreso, de modo que el decil 1 será el decil más pobre dentro de la economía, mientras que el decil 10 será el más rico.

Aunque gráficamente resulta indistinto el eje que ocupamos para medir el porcentaje acumulado de las familias, usualmente se utiliza el eje x en el cuadrante positivo del plano, como se muestra en la Figura 2.

De este modo, el criterio teórico de distribución perfectamente equitativa del ingreso entre los diferentes deciles, parte de la idea básica siguiente: El 10 por ciento de las familias - ordenadas de menor a mayor ingreso- debe acumular el 10 por ciento del ingreso, el 20 por ciento de las familias - ordenadas de menor a mayor ingreso- debe acumular el 20 por ciento del ingreso, y así sucesivamente hasta llegar al 100 por ciento de las familias, que necesariamente acumulan el 100 por ciento del ingreso de la economía.

Si nosotros medimos el ingreso acumulado en el eje y del cuadrante, el criterio de distribución perfectamente equitativa se establece graficamente como una línea que llamamos precisamente línea de igualdad - Figura 3-. Cualquier punto sobre la Línea de Igualdad cumple con el criterio de distribución perfectamente equitativa.

La Curva de Lorenz, a diferencia de la Línea de Igualdad, relaciona el porcentaje acumulado de las familias con el porcentaje acumulado observado, el que realmente acumulan las familias. En 2018, el primer 40% de las familias acumuló en realidad 14.72% - Tabla 1- del ingreso corriente trimestral, aun cuando teóricamente debía haber acumulado el 40% de dicho ingreso para que el criterio de distribución perfectamente equitativa se cumpliera, como se muestra en la Figura 4.

La Curva de Lorenz incluye todos los valores de la segunda columna en la Tabla 1, es decir, el ingreso acumulado observado - Figura 5-. A mayor desigualdad en la distribución del ingreso, observamos una curva de Lorenz más alejada de la Línea de Igualdad.

La Tabla 2 contiene tanto el ingreso acumulado de 2016 como el de 2018 presentado previamente. La desigualdad en la distribución del ingreso corriente trimestral disminuyó en México de 2016 a 2018, y en consecuencia, la Curva de Lorenz correspondiente a 2018 - Lorenz 2 en la Gráfica 1- se encuentra menos alejada de la Línea de Igualdad.

El Índice de Gini es una medida numérica de la desigualdad, toma valores entre 0 - nula desigualdad- y 1 - completa desigualdad-. Su construcción involucra la misma información que se utiliza para elaborar la Curva de Lorenz: el ingreso acumulado por los deciles de hogares. Es probable que tanto los índices de Gini como otros indicadores de la desigualdad económica se vean seriamente afectados como consecuencia de la desaceleración forzada por la pandemia de Covid-19. Como parte de los primeros reportes acerca de los efectos de la pandemia, el CONEVAL ha informado que la desigualdad del ingreso laboral - medida a través del Índice de Gini- pasó de 0.490 a 0.512 entre el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre 2021. [2]