Si al cierre del año 2021, nosotros
asumimos que en el planeta Tierra habitarán 7800 millones
de personas, [1] y adicionalmente suponemos una tasa de crecimiento poblacional global de
2% anual hasta 2050, al finalizar ese año estarían habitando el planeta alrededor de 13,580
millones de personas. La población que hoy habita el planeta era imposible de ser para el economista
británico Thomas Malthus a finales del siglo XVIII. [2]
Existe un consenso general dentro
de la ciencia económica, acerca del papel jugado
por la primera revolución industrial,
surgida en el seno de la economía británica, para potenciar las capacidades productivas
de las sociedades, y disponer con ello de los alimentos, vestido, salud y otros elementos
necesarios para el sustento y reproducción de las cada vez más crecientes poblaciones
que conformaron las sociedades modernas desde el siglo XIX hasta la fecha.
De la misma forma, hoy existe un llamado de organismos científicos y de organizaciones
civiles, como el Fondo Mundial para la Naturaleza,
WWF, [3] para repensar el
modelo de producción actual, debido a que el planeta ya no es capaz de regenerar los
recursos naturales usados por la civilización humana.
Siendo Estados Unidos el país con la mayor
huella ecológica del mundo, [4] sería
devastador que el resto de las naciones imitaran a dicho país en su tren de consumo
de recursos y energía.
Particularmente en lo que respecta a la carne,
los inmensos volúmenes de consumo
han hecho de esta industria una nave fuera de control.
La frase célebre de Paul McCartney,
"si los mataderos tuvieran paredes de cristal, todos seríamos veganos",
[5] ilustra el
trasfondo de lo que representa la demanda mundial de carne para el sufrimiento de
los animales dentro de la industria.
Las cosas se mueven tan rápido que las sociedades
encuentran en ello el pretexto perfecto para voltear a otro lado y no reflexionar
sobre si el trato que se les da a los animales dentro de la industria es digno o no.
Los conceptos "campo de concentración" y
"asesinatos en masa" se encuentran
deliveradamente disociados de la industria cárnica
cuando son una realidad
diaria en los mataderos alrededor del mundo. [6]
Granja Industrial. Wikipedia (2021).
A lo largo del tiempo han surgido enfoques que buscan generar alternativas
viables para la nutrición futura de las sociedades, y
que eviten la depletación
de los recursos del planeta y
el sufrimiento de miles de millones de
animales. Una de estas alternativas radica en el
uso de insectos como
fuente de proteínas, [7] dada su baja huella ecológica y rápido proceso de transformación.
Dentro del vector de variables que influyen en la
demanda de carne en las sociedades
actuales, se encuentran las costumbres culinarias,
la educación familiar,
la cultura y la publicidad,
entre otras. Estos aspectos hacen poco probable que
la conversión hacia una demanda de proteínas provenientes de los insectos
sea tan rápida y radical como lo necesita el planeta.
Frente a este escenario, los avances
recientes en la investigación biológica,
han generado una alternativa más, a partir
de la de carne cultivada. [8]
Los avances son ciertamente incipientes, entre
otras cosas porque la carne que se ha logrado obtener no tiene sabor
y las cantidades
producidas son solo simbólicas muestras de laboratorio. Pero los especialistas
piensan que el momento para lograr una capacidad industrial de producción
puede llegar rápido. Otros avances pueden contribuir en este sentido, como el rápido
desarrollo observado en la tecnología de impresión 3D,
que de hecho ya a incursionado
en la impresión de carne de pollo, [9]
aunque en este caso aún se trata de carne
real convertida en puré.
La Impresión 3D avanza a pasos agigantados. PIXABAY.
Se estima que el ganado aporta
el 10% de los gases de efecto invernadero, [10] y de hecho
existen propuestas para producir una vacuna que
reduzca el metano contenido
en los eructos de las vacas. Pero posiblemente,
la creación de una industria de carne
cultivada que satisfaga el paladar de las sociedades y aporte las proteínas necesarias
para una nutrición humana satisfactoria, sea la alternativa que posibilite alcanzar
la mayor cantidad de objetivos en términos preservación de los recursos naturales
y eliminación del sufrimiento animal. Los avances en diferentes disciplinas parecen
estar convergiendo de manera acelerada, y de ser así, es probable que en pocas
décadas la sociedad humana pueda ver una generación de animales saliendo
de las granjas industriales, y ocuparse de que vivan digna y libremente.
Tampoco se puede descartar una tercera posibilidad,
que en estricto sentido constituye ya
una industria pujante y en franco ascenso: La industria de la carne vegetal, [11]
que con sus avances ha logrado colocar productos en el mercado que en la opinión de los
consumidores adeptos, son prácticamente indistinguibles de los provenientes de
la carne animal.
Es necesario que alguna de estas alternativas alcance los niveles críticos que hagan
posible una reconversión de la industria cárnica a nivel global.
Los investigadores
creen que la tasa global de crecimiento poblacional caerá progresivamente a lo largo
de los próximos 100 años. No es posible identificar un único factor determinante de
esta caída, pero las políticas públicas de población
son claramente uno de los
elementos que más saltan a la vista. Si a su vez, dichas políticas responden a la
prospección de acceso a los recursos necesarios para brindar los servicios y la
alimentación a las poblaciones, entonces también es probable que dicha disminución
sea una respuesta de las sociedades a la depletación de los recursos del planeta.
"Nuestro mundo se hizo pequeño y la humanidad debe aprender a crecer menos".
Cada vez
resultan más recurrentes las historias de personas alrededor del mundo que deciden
franca y abiertamente no tener hijos, y toman medidas al respecto. [12]
No se puede descartar entonces, que el surgimiento de una nueva industria cárnica
genere un cambio en la manera en que la humanidad reflexiona hoy sobre el concepto
de crecimiento poblacional. Tampoco se puede descartar
por completo que una nueva predicción malthusiana
vuelva a ser desmentida por un cambio cuántico en los sistemas de producción
industrial. La población que hoy habita el
planeta era imposible para Malthus a finales
del siglo XVIII, tanto
como una población de 20 mil millones de personas en 2050 es imposible
de concebir con los ojos puestos en la tecnología que hoy impera en el planeta.
Si un cambio tan radical fuera posible y una cantidad tan grande de personas pudiera
habitar este planeta sin detrimento de su capacidad de regeneración y sin provocar
sufrimiento animal, ello no significaría per se, que la sociedad humana habría arribado
a un estado ideal de bienestar. La mayoría de los problemas con los que hoy lidian las
sociedades actuales eran imposibles de prever en el siglo XIX,
por lo que lo más sensato
para los analistas es mantenerse con cautela en lo que respecta a la elaboración
de escenarios. Particularmente, en relación a la
tasa de crecimiento poblacional
global, el consenso general es que esta
se ubicará en un promedio de 0.6% entre
2030 y 2050, bajará a un 0.3% promedio
entre 2050 y 2070, y finalmente alcanzará
un promedio de 0.1% entre 2070 y 2100. [13]